SINOPSIS:
Marfil es rica, tiene 21 años y vive en Nueva York, pero no todo es tan idílico como parece. Hace unos días fue secuestrada mientras paseaba por Central Park. Su padre tiene muy claro que la razón del secuestro ha sido para mandarle un mensaje: podemos llegar a ella.
A pesar de ser liberada, todo ha cambiado para Marfil: su vida no es la misma, y ella tampoco. Sobre todo porque ahora nunca está sola: siempre la acompaña Sebastian Moore, su guardaespaldas.
El secuestro ha dejado una marca profunda en Marfil, alterando su percepción de seguridad y confianza en el mundo que la rodea. La presencia constante de Sebastian Moore, aunque inicialmente vista como una necesidad de protección, se convierte en un recordatorio permanente de la vulnerabilidad que ahora siente.
Sebastian Moore no es solo un guardaespaldas; su papel en la vida de Marfil es complejo y multifacético. Aunque su principal objetivo es garantizar su seguridad, su cercanía constante hace que se desarrolle una dinámica intensa entre ellos. La relación entre Marfil y Sebastian está llena de tensión y conflicto, pero también de momentos de complicidad y confianza emergente.
Marfil debe navegar por esta nueva realidad, enfrentando no solo las consecuencias emocionales del secuestro, sino también las implicaciones prácticas de tener a alguien a su lado en todo momento. A medida que trata de recuperar un sentido de normalidad, Marfil descubre que su vida anterior ha quedado atrás y que debe adaptarse a este nuevo capítulo, uno que está lleno de desafíos inesperados y relaciones complejas
Sebastian demostrará ser el encargado perfecto para protegerla, sobre todo cuando comienzan a llegar las amenazas de muerte. Sin embargo, nunca hubiese pensado que la tarea más complicada no sería esa, sino mantener a Marfil Cortés alejada de él.
¿Está Marfil preparada para descubrir la verdad de su pasado? ¿Lo pondrá todo en riesgo la atracción que ha surgido entre ambos?
A medida que las amenazas se intensifican, Sebastian debe usar todas sus habilidades para mantener a Marfil a salvo, enfrentándose a enemigos desconocidos y peligros imprevistos. Pero, a pesar de su enfoque y profesionalismo, la cercanía constante con Marfil crea una tensión emocional y una atracción innegable que complica su misión.
Marfil, por su parte, está luchando con las sombras de su pasado y las nuevas realidades de su presente. Las verdades ocultas comienzan a salir a la luz, desafiando sus creencias y su comprensión de quién es ella realmente. La relación con Sebastian se convierte en un torbellino de emociones que podría poner en peligro no solo su misión de protección, sino también sus corazones.
La novela explora si Marfil puede manejar la revelación de su pasado y si la atracción creciente entre ella y Sebastian será un punto de fortaleza o una fuente de vulnerabilidad. En este juego peligroso de protección y pasión, ambos deben decidir hasta dónde están dispuestos a llegar para encontrar la verdad y protegerse mutuamente.
Un vistazo a las profundidades de Marfil: Un fragmento cautivador
MARFIL
Dos semanas después.
Miré la moneda de doscientos pesos colombianos que tenía entre los dedos. Mientras esperaba a que Liam llegase solo pude pensar en una cosa: esas dos caras formaban un todo y nunca llegarían a verse de frente. Parece una tontería, una moneda es una moneda, pero en aquel instante no pude evitar sentirme identificada con ella. ¿Tenía yo dos caras completamente opuestas que nunca llegarían a fundirse en una sola? A veces era complicado entenderme a mí misma. Si me viese desde fuera, en la mayoría de las situaciones de mi vida, estoy segura de que lo único que se me pasaría por la cabeza sería: ¿pero qué demonios haces?
Mi hermana Gabriella muchas veces afirmaba que haber pasado toda nuestra infancia y adolescencia metidas en un internado a siete mil kilómetros de distancia de nuestro hogar nos iba a dejar secuelas. Yo por suerte ya había dejado aquella etapa atrás, a ella por el contrario aún le quedaban dos años intensos de normas estrictas y días nublados. Le faltaban apenas unos meses para cumplir los dieciséis y sus únicas preocupaciones eran que nunca había besado a un chico y que si seguía rodeada de mujeres iba a terminar convirtiéndose en lesbiana. Solo pensar en la cara de mi padre al sopesar siquiera esa opción me sacaba una sonrisa.
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