Poco después de su regreso a Estados Unidos en 1726, Benjamin Franklin, ansioso por continuar su desarrollo intelectual y social, fundó un club de debate conocido como Junto. Este club no solo proporcionó un espacio para el intercambio de ideas y el debate de temas importantes, sino que también marcó el inicio de una red de contactos invaluable para Franklin.
Dos años más tarde, en un giro significativo de su carrera, Franklin asumió el control de The Pennsylvania Gazette, una publicación que anteriormente pertenecía a Samuel Keimer. Con su ingenio y visión empresarial, transformó la Gazette en un éxito notable, implementando técnicas innovadoras que había observado durante su tiempo en Londres.
En 1730, Franklin dio un paso significativo en su vida personal al casarse con Deborah Read, su antigua novia. Este matrimonio marcó el comienzo de una nueva etapa en su vida, en la que encontró apoyo y compañerismo. Pronto, la pareja recibió la bendición de la llegada de sus dos hijos.
El primogénito, William Franklin, nació aproximadamente un año después de su matrimonio. William jugaría un papel importante en la vida de Franklin, siendo el destinatario de su famosa Autobiografía, que proporciona una visión única y reveladora de la vida y los logros de Benjamin Franklin en su primera parte.
A lo largo de la década de 1730, Benjamin Franklin asumió una serie de roles que contribuyeron significativamente a su crecimiento profesional y a su influencia en la sociedad. Aunque inicialmente ocupó puestos menores como impresor para el gobierno, pronto demostró su habilidad para el liderazgo y la innovación.
Durante este período, Franklin dio vida al Almanaque del pobre Richard, una obra que no solo se convirtió en un éxito editorial, sino que también transmitió sabiduría práctica y consejos útiles para la vida cotidiana. Además, su nombramiento como director de correos de Filadelfia le otorgó una posición de autoridad y responsabilidad en el sistema de comunicaciones de la ciudad.
Hacia finales de la década de 1730, Franklin dejó una marca indeleble en el ámbito de la tecnología doméstica con su invención de la estufa Franklin, que revolucionó el concepto de calefacción en los hogares de la época.
En la década de 1740, Franklin amplió aún más su influencia y contribución a la sociedad a través de una variedad de proyectos. Desde su participación en la creación de un cuerpo de bomberos organizado hasta su contribución al establecimiento de la primera policía y la Universidad de Pensilvania, Franklin demostró su compromiso con el progreso y el bienestar de la comunidad. Además, lideró esfuerzos en proyectos de obras públicas, como el servicio de barrido de calles, que mejoraron la calidad de vida en Filadelfia y sentaron las bases para un desarrollo urbano más ordenado y eficiente.